Hacer el amor…
Bien lo dijo un joven viejo que no hay nada mejor que hacer el amor como los poetas y hoy que sentí como tu sueño se escurría por mis manos, puedo decir con certeza…que roncas, que das ligeros saltos como asustada, que puedes dormir en posición fetal sobre mis piernas y que tu nariz produce un ligero silbido al inhalar…pero también puedo parlar que tu faz luce perpetuamente bella, que tu calor dormido me eriza los bellos de la nuca, que tu piel resulta mas apetecible envuelta en sueños, que tus labios…danzan inequívocos gritando el rose de los míos y que actuó el papel del guardián de ese estado inerte y apacible, tan puro y bien aventurado.
Eres el ángel dormido envuelto en un aura plácida, y yo soy el infante ocioso que disfruta enormemente juguetear con tus cabellos alborotados entre mis atrevidas yemas dactiles.
Y esto, este simple momento, tan carente de palabras, se convierte en un monologo corporal que resulta el hecho mágico de hacer el amor. Sin palabras, sin miradas y sin condones que delimiten tu ser del mío…
Mala sangre…
En un portal siento la brisa seducir mi piel al descubierto, miro la luna y parece tener ojos, pues me observa contemplando la sutileza de lo agrio que resulta una espera en desespera, pues no se sabe si lloverán frutos de la misma.
Los peatones van tejiendo sus senderos con pasos enraizados en la madre tierra envuelta en muerte concreta.
Siguen los segundos, los minutos y las horas y cada auto pasa gimiendo motoricamente con ojos abiertos radiantes de destellos que iluminan la santa urbanidad.
Uno, dos, tres y cuatro siguen regados los segundos y no le veo fin a la espera ni a las letras.
El manto celeste se torna más oscuro y el paradero de cada lucero sigue en ausencia.
Va el primer suspiro y mis ojos buscan voraces algo que distraiga la tinta y al corazón que se pudre de ganas de verte.
II Continua
Y efectivamente, el corazón se pudre, pero en tristeza al verte postrada en una maldita cama de hospital, al haber engullido un surtido coctel de quien sabe que, con fármacos.
Quisiera ser igual de egoísta que tu, pero no puedo. Quisiera verte mejor, ver tus ojos, palpar tu sonrisa, quisiera desollar a tu monstruo interno para que dejara en paz tu alma… un alma tan herida que le cuesta trabajo deleitar el sabor de la vida.
Quisiera tomar tu mano, acercarme y decir sutilmente a tu oído todas las letras que no han sido escritas dirigidas a tus pies.
Que bello sonaba un final feliz…donde cada uno pudiera caminar por su sendero sin tropezar.
Quisiera construirte en letras un castillo que proteja lo frágil de tu ser, hacerte sueños de colores para sazonar lo desabrido de la vida.
Que diferente es tener tu sueño entre mis manos en este momento. Antes era por placer y ahora es por salud.
Hoy también tiemblas, hoy también roncas, hoy también tu nariz produce un silbido al respirar…pero hoy no hacemos el amor.
Hoy tu mente está apagada, sumergida en un sueño farmático, no sé qué sueñas y no sé que sientes, pero al menos te percibo tranquila como si “no pasara nada” tal y como decías por el auricular, antes de la sobredosis.
“A tu lado en la salud y la enfermedad”
RáncioX en algun momento del 2010...